Esta
semana retomamos nuestro taller de las emociones con una nueva emoción:
Tristeza. Y estoy segura de que cuando les presente la lámina, la mayoría acertará
de qué emoción se trata. Hay que hacerles ver que la tristeza no es una emoción
negativa, sino que es una emoción que nos ayuda a estar solos/as, a desahogarnos, a ver que algo no va
bien, a pensar qué estamos haciendo mal y poner remedio a ello. Además, sin
tristeza tampoco existiría la alegría.
¿Qué
dice el Emocionario sobre la Tristeza? La tristeza es una de las emociones básicas
del ser humano, junto con el miedo, la ira, el asco, la alegría y la sorpresa.
Cuando estamos tristes disminuye nuestra energía, nuestro estado de ánimo,
nuestro apetito... Es como un velo que nos empaña la vida y la vuelve gris.
No
a todas las personas nos entristecen las mismas cosas, pero es habitual sentir
tristeza cuando nos decepcionan, cuando nos cambiamos de país o de ciudad (como le pasa a Saída, la protagonista de nuestro videocuento de hoy), cuando nuestras expectativas no se ven cumplidas
o cuando perdemos algo que era importante para nosotros: la muerte de un
familiar o de una mascota, que las personas que me rodean se sientan mal, los
animales abandonados, que maltraten a las personas y a los animales…
Después
de hablar sobre la imagen y trabajar la definición y el concepto de la palabra
Tristeza, estaremos preparados para cerrar los ojos y aproximarnos a la emoción
a través de la música: en este caso: Schindler's
List.
La banda sonora que puso la música a la película La Lista de Schindler,
estuvo a cargo del maestro John Williams y es una de las más magistrales que ha dado la
historia del cine. Supuso para Williams
su quinto Oscar. La genialidad de la
partitura de la Lista de Schindler radica en algo común a muchas obras
maestras: su sencillez. Pocos son
los instrumentos que suenan a lo largo del disco, con un absoluto protagonismo
del violín, que en este caso se convierte en la prolongación del alma. Su
música resulta intimista y tremendamente emotiva, transmitiendo una infinita
tristeza.
Una
vez que escuchemos la música, buscamos en nuestra propia vida experiencias
sobre la tristeza para decir lo que sentimos.
Terminaremos
con un videocuento: El día que Saída llegó. Comienza así: el día que llegó
Saida a mí me pareció que se le habían perdido todas las palabras... y es que
Saida hablaba un idioma diferente al nuestro, el árabe. Se trata de un cuento
que habla sobre la amistad, la tristeza, la tolerancia y que destaca la belleza
de aprender del otro. Es preciosa la manera que tiene nuestra protagonista de
acoger a una compañera recién llegada de otro país y una cultura diferente. El
cuento rebosa ternura y el lenguaje que utiliza es muy poético y las
ilustraciones bellísimas, pero es que el trasfondo supera todo ello. Este es un
cuento que invita a disfrutar relajadamente y a reflexionar. Comienza desatando esa tristeza en el personaje y en todos nosotros, y acaba poniendo en valor la
amistad, la tolerancia, el respeto y la multiculturalidad, destacando, además, la
belleza de aprender del otro. Muy propicio para el día de la Paz.
Al
finalizar el cuento, elaboramos una tarjeta sobre la tristeza, que formará
parte de nuestro propio diccionario de las emociones.
¡Esperamos
que os guste!
Que forma más bonita y sencilla de explicar la tristeza. Una emoción tan necesaria como las demás, pero que muchas veces por diferentes motivos no mostramos ni compartimos, lo que hace que no nos encontremos bien emocionalmente con nosotros mismos. A veces es necesario estar triste para superar ciertos momentos en la vida de cada uno y lo mejor es acompañar en esa tristeza al que lo necesita.
ResponderEliminarGracias Pilar por mostrarles todas estas emociones a los peques.
Gracias a ti, Pilar, como siempre.
EliminarLa verdad es que está siendo una experiencia muy bonita y positiva. Ellos esperan con ganas cada emoción y están especialmente atentos, lo viven de una forma muy especial. A mí me pasa como a ellos, pero, además, lo vivo desde que comienzo a preparar la actividad. Expresar lo que sienten ya les va costando menos. Desde luego es una actividad muy enriquecedora para todos.
Un abrazo.