Beatriz Osés tiene la habilidad especial para hilar versos que crean entre las páginas un clima de ternura y sugerencias para desembocar en un chasquido de humor o en una inquietante reflexión.
Nana,
niña, nana
del
lirón pequeño
que
espera en pijama,
tomando
una tila
junto
a su ventana.
De
los bichos bola
que
nunca se paran,
que
cruzan el mundo,
que
suben, que bajan.
De
los elefantes
que
apenas descansan…
como
el saltamontes,
como
la jirafa.
Nana,
niña, nana.
En
la noche clara
de
las mariquitas,
de
la dulce araña,
de
las mariposas
y
del oso panda
que
guardan tus sueños
cuando
estás cansada.
Nana,
niña, nana
del
oso hormiguero
que
vuelve a la cama,
que
tiene un secreto,
que no dice nada(...)
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