Esta semana os traigo una nueva
emoción: LA ENVIDIA, que está muy relacionada con LOS CELOS.
Tengo
que decir que mis alumnos supieron que la última emoción se trataba de la
admiración. Al principio cada uno dice lo que la imagen le sugiere y poco a
poco van sumando las respuestas hasta que dan en el clavo. Siempre es motivo de
alegría cuando se van acercando y más aún cuando la aciertan.
En
este caso la imagen de Cynthia Orensztajn parece clara, pero si necesitan
pistas, basta con escudriñar a los dos perritos de la imagen… El perro de la
izquierda luce orgulloso un globo enorme. El de la derecha, con su globo
pequeñito, mira de reojo al poseedor del globo grande...
El diccionario define la envidia como
el deseo de algo que no se posee y los
celos como la envidia de los triunfos ajenos. Después veremos, además, que nos dice el emocionario.
Hoy para comenzar también haremos
un ratito de meditación, la sesión 8 de mindfulness, como cada semana.
¿Qué nos dice el Emocionario
respecto a la Envidia?
Algunos
dicen que los celos y la envidia son lo mismo, pero no es así, aunque es cierto
que ambas emociones van de la mano. Son parásitos que devoran tu alegría. No
les interesa que a ti te vaya mejor, sino que al otro le vaya peor. Sin
embargo, entre los celos y la envidia hay claras diferencias.
¿Qué diferencia hay entre los celos
y la envidia?
Los celos
te dificultan compartir aquello que consideras tuyo, como el amor de un ser
querido. Son una respuesta emocional que surge cuando una persona percibe una
amenaza hacia algo que considera como propio. Los celos, por lo general, involucran a tres personas y están
conectados con el tener. La persona afectada por los celos está
respondiendo a lo que percibe como una amenaza que un tercero representa para
una relación que ella considera valiosa (pareja, padres, hermanos, amigos...).
Entre las principales características de
los celos destacan una serie de pensamientos negativos y sentimientos que
la persona va acumulando dentro de sí misma, como la inseguridad, el miedo, la impotencia, la ansiedad, la ira o el
resentimiento. Todo esto acompañado de la creencia de que está perdiendo a
su objeto apreciado.
La envidia,
en cambio, no nace de lo que tú tienes,
sino de lo que el otro tiene: es un
sentimiento en el cual existe tristeza y dolor, que surgen cuando alguien posee
aquello que tú deseas. La envidia
involucra a dos personas y está conectada con el no tener. La persona
envidiosa quiere algo que le pertenece a la otra persona, y no quiere que esa
otra persona lo tenga. El objeto de la envidia puede ser el compañero de la
otra persona, una buena relación, un rasgo deseable como la belleza o la
inteligencia, una posesión, el éxito o la popularidad.
ES IMPORTANTE EL AUTOCONOCIMIENTO,
como os decía la semana pasada. Puesto que estos sentimientos producen
sufrimiento, lo importante es conocer cuál es la raíz de estas emociones, cuál
es su origen, por qué sentimos celos o envidia.
La
envidia y los celos empiezan a surgir en los primeros años de vida, cuando el
niño comienza a relacionarse con su entorno familiar.
El
papel de los padres en estas fases es fundamental:
- La figura adulta debe canalizar la ansiedad del niño ante sus deseos no conseguidos y enseñarle a tolerar la frustración ante un límite.
- La figura adulta debe hacer sentir al niño que es querido siempre y no solo cuando se porta bien o consigue algo.
- La figura adulta debe enseñar al niño a valorar sus virtudes y a centrarse en sus objetivos y no en los de los demás. El foco de atención del niño debe estar en VALORAR todo aquello que posee, en lugar de fijarse en todo aquello que le falta. La felicidad no está en lo que falta, sino en lo que ya hay. En esta parte, entra en juego el autoconocimiento. El niño debe conocerse, debe saber cuáles son sus virtudes, sus talentos, sus cualidades y cuáles sus debilidades. Y, tanto las cualidades como las debilidades, se pueden mejorar con la práctica, con el error-aprendizaje. No debe buscar ser mejor que nadie, ni ser similar a nadie. Debe buscar ser la mejor versión de él mismo.
Y
por último sobra decir, por supuesto, que los niños son esponjas y absorben
todo lo que ven. Por tanto, no
pretendamos que nuestros pequeños manejen bien la envidia si ven en nosotros
actitudes envidiosas. Y lo mismo
pasa con los celos. Los niños aprenden de nuestras reacciones ante las
situaciones, de ahí que las respuestas emocionales de los hijos sean, la mayoría
de las veces, similares a las de los padres. Podemos decir "A", y
repetir "A" hasta la saciedad, pero si hacemos "B", los
niños aprenderán "B". No falla.
Y
tú ¿has sentido envidia alguna vez? Y si es así ¿te ha llevado a luchar por lo
que realmente querías? Hablaremos de ello.
Después de hablar sobre la imagen y
trabajar la definición y el concepto de la palabra envidia,
estaremos preparados para aproximarnos a la emoción a través de la música, en
este caso de la mano de Antonio Vivaldi,
– “El verano” de 1725. Uno de los
conciertos de “Las cuatro estaciones”, título del libro de cuatro
conciertos para violín y orquesta
(La primavera, El verano, El otoño y El invierno). Se trata de una obra
descriptiva o programática que evoca, a través de elementos de lenguaje
musical, distintos aspectos de las estaciones del año. Antonio Lucio Vivaldi,
fue un compositor, violinista, empresario, profesor y sacerdote católico
italiano del barroco. Era apodado “El cura rojo” por ser sacerdote y pelirrojo.
Se trata de una de las figuras más relevantes de la historia de la música. Es
especialmente conocido, a nivel popular, precisamente por ser el autor de la
serie de conciertos para violín y orquesta “Las cuatro estaciones”.
Terminaremos con el cuento: El camaleón camaleónico, de Eric Carle, editorial Kokinos. Se trata de un camaleón que siente envidia de otros animales del zoo y desea tener alguna de sus cualidades. Y, su deseo se hace realidad... Al final debemos aprender la lección: debemos buscar ser la mejor versión de nosotros mismos y no envidiar a los demás. Además el cuento es un derroche de imaginación.
Al finalizar el cuento, elaboramos una tarjeta sobre la envidia, que formará parte de nuestro propio diccionario de las emociones. Pero antes hablaremos de ella y nos centraremos, como siempre, en nuestras propias experiencias para profundizar en esta emoción.
¡Espero que os guste!
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