lunes, 18 de febrero de 2019

TALLER DE LAS EMOCIONES: CELOS Y ENVIDIA




Esta semana os traigo una nueva emoción: LA ENVIDIA, que está muy relacionada con LOS CELOS.
Tengo que decir que mis alumnos supieron que la última emoción se trataba de la admiración. Al principio cada uno dice lo que la imagen le sugiere y poco a poco van sumando las respuestas hasta que dan en el clavo. Siempre es motivo de alegría cuando se van acercando y más aún cuando la aciertan.
En este caso la imagen de Cynthia Orensztajn parece clara, pero si necesitan pistas, basta con escudriñar a los dos perritos de la imagen… El perro de la izquierda luce orgulloso un globo enorme. El de la derecha, con su globo pequeñito, mira de reojo al poseedor del globo grande...
El diccionario define la envidia como el deseo de algo que no se posee y los celos como la envidia de los triunfos ajenos. Después veremos, además, que nos dice el emocionario.
Hoy para comenzar también haremos un ratito de meditación, la sesión 8 de mindfulness, como cada semana.



¿Qué nos dice el Emocionario respecto a la Envidia?
Algunos dicen que los celos y la envidia son lo mismo, pero no es así, aunque es cierto que ambas emociones van de la mano. Son parásitos que devoran tu alegría. No les interesa que a ti te vaya mejor, sino que al otro le vaya peor. Sin embargo, entre los celos y la envidia hay claras diferencias.

¿Qué diferencia hay entre los celos y la envidia? 
Los celos te dificultan compartir aquello que consideras tuyo, como el amor de un ser querido. Son una respuesta emocional que surge cuando una persona percibe una amenaza hacia algo que considera como propio. Los celos, por lo general, involucran a tres personas y están conectados con el tener. La persona afectada por los celos está respondiendo a lo que percibe como una amenaza que un tercero representa para una relación que ella considera valiosa (pareja, padres, hermanos, amigos...). Entre las principales características de los celos destacan una serie de pensamientos negativos y sentimientos que la persona va acumulando dentro de sí misma, como la inseguridad, el miedo, la impotencia, la ansiedad, la ira o el resentimiento. Todo esto acompañado de la creencia de que está perdiendo a su objeto apreciado.
La envidia, en cambio, no nace de lo que tú tienes, sino de lo que el otro tiene: es un sentimiento en el cual existe tristeza y dolor, que surgen cuando alguien posee aquello que tú deseas. La envidia involucra a dos personas y está conectada con el no tener. La persona envidiosa quiere algo que le pertenece a la otra persona, y no quiere que esa otra persona lo tenga. El objeto de la envidia puede ser el compañero de la otra persona, una buena relación, un rasgo deseable como la belleza o la inteligencia, una posesión, el éxito o la popularidad.
ES IMPORTANTE EL AUTOCONOCIMIENTO, como os decía la semana pasada. Puesto que estos sentimientos producen sufrimiento, lo importante es conocer cuál es la raíz de estas emociones, cuál es su origen, por qué sentimos celos o envidia.
La envidia y los celos empiezan a surgir en los primeros años de vida, cuando el niño comienza a relacionarse con su entorno familiar.
El papel de los padres en estas fases es fundamental:
  •    La figura adulta debe canalizar la ansiedad del niño ante sus deseos no conseguidos y enseñarle a tolerar la frustración ante un límite.
  •      La figura adulta debe hacer sentir al niño que es querido siempre y no solo cuando se porta bien o consigue algo.
  •      La figura adulta debe enseñar al niño a valorar sus virtudes y a centrarse en sus objetivos y no en los de los demás. El foco de atención del niño debe estar en VALORAR todo aquello que posee, en lugar de fijarse en todo aquello que le falta. La felicidad no está en lo que falta, sino en lo que ya hay. En esta parte, entra en juego el autoconocimiento. El niño debe conocerse, debe saber cuáles son sus virtudes, sus talentos, sus cualidades y cuáles sus debilidades. Y, tanto las cualidades como las debilidades, se pueden mejorar con la práctica, con el error-aprendizaje. No debe buscar ser mejor que nadie, ni ser similar a nadie. Debe buscar ser la mejor versión de él mismo.

Y por último sobra decir, por supuesto, que los niños son esponjas y absorben todo lo que ven. Por tanto, no pretendamos que nuestros pequeños manejen bien la envidia si ven en nosotros actitudes envidiosas. Y lo mismo pasa con los celos. Los niños aprenden de nuestras reacciones ante las situaciones, de ahí que las respuestas emocionales de los hijos sean, la mayoría de las veces, similares a las de los padres. Podemos decir "A", y repetir "A" hasta la saciedad, pero si hacemos "B", los niños aprenderán "B". No falla.

Y tú ¿has sentido envidia alguna vez? Y si es así ¿te ha llevado a luchar por lo que realmente querías? Hablaremos de ello.

Después de hablar sobre la imagen y trabajar la definición y el concepto de la palabra envidia, estaremos preparados para aproximarnos a la emoción a través de la música, en este caso de la mano de Antonio Vivaldi, – “El verano” de 1725. Uno de los conciertos de “Las cuatro estaciones”, título del libro de cuatro conciertos para violín y orquesta (La primavera, El verano, El otoño y El invierno). Se trata de una obra descriptiva o programática que evoca, a través de elementos de lenguaje musical, distintos aspectos de las estaciones del año. Antonio Lucio Vivaldi, fue un compositor, violinista, empresario, profesor y sacerdote católico italiano del barroco. Era apodado “El cura rojo” por ser sacerdote y pelirrojo. Se trata de una de las figuras más relevantes de la historia de la música. Es especialmente conocido, a nivel popular, precisamente por ser el autor de la serie de conciertos para violín y orquesta “Las cuatro estaciones”.



Terminaremos con el cuento: El camaleón camaleónico, de Eric Carle, editorial Kokinos. Se trata de un camaleón que siente envidia de otros animales del zoo y desea tener alguna de sus cualidades. Y, su deseo se hace realidad... Al final debemos aprender la lección: debemos buscar ser la mejor versión de nosotros mismos y no envidiar a los demás. Además el cuento es un derroche de imaginación.


Al finalizar el cuento, elaboramos una tarjeta sobre la envidia, que formará parte de nuestro propio diccionario de las emociones. Pero antes hablaremos de ella y nos centraremos, como siempre, en nuestras propias experiencias para profundizar en esta emoción.


¡Espero que os guste!

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